Los resultados electorales del 28-A demuestran varias cosas. En primer lugar, el fracaso de la estrategia del “trifachito”, inspirado por Aznar, de que la movilización de las derechas –las viejas y las nuevas-, rebañando todos los rincones en los que se cobija algún elector simpatizante de sus ideas, podía llevar al PP de nuevo a la Moncloa. El pacto a la andaluza era su inspiración. También fue el revulsivo. Las derechas contaminadas por el neofranquismo son una amenaza para la democracia. Así lo entendió la mayoría. Así lo entiende Europa. El voto útil hizo el resto. El PSOE fue el gran beneficiario de la respuesta de la mayoría cuando rugió la marabunta. Segunda parte del manual de resistencia de Sánchez. No hay que quitarle méritos. La elección de la cita electoral hay que atribuírsela a él y a su equipo de confianza. Un acierto para los intereses de su partido, sin importarle los efectos colaterales. El mapa se tiñó de rojo.
Segunda lectura: En los territorios con un ecosistema electoral propio consolidado, el rechazo a las propuestas de las derechas de recentralizar el Estado fue absoluto y en clave autonómica. En Catalunya y Euskadi, PP y C’s se desplomaron. El primero ha desaparecido del País Vasco y en Catalunya ha reducido su representación a una noble cuellilarga y de lengua viperina. C’s se ha visto relegado en Catalunya -donde nació- a un discreto quinto puesto, tras ser la primera fuerza en las últimas autonómicas, y ha desaparecido de Euskadi a pesar de los esfuerzos de Fernando Savater. EH Bildu y PNV han capitalizado el voto útil en el País Vasco. Mientras que en Catalunya ha sido un PSC renacido, y especialmente una ERC que está demostrando un nivel ético y una capacidad de diálogo muy superiores a las de sus socios soberanistas.
Tercero: En el País Valenciano el voto es dual. Eso hemos ganado. Hasta hace bien poco, daba igual qué ámbito se votaba, el comportamiento del electorado valenciano era el mismo, en clave de elecciones generales. Siempre ganaban las dos grandes fuerzas en un sistema diseñado para el bipartidismo. La aparición de Compromísy su consolidación en el espacio valenciano frenó la tendencia a trasladar a les Corts Valencianesel comportamiento en las Generales. La fuerte polarización, la amenaza de la irrupción del neofranquismo en las instituciones, con capacidad de ordeno y mando, y el adelanto electoral decidido por Ximo Puig, uniendo autonómicas a generales, ha facilitado la contaminación de las primeras por las segundas, mucho más potentes. La visibilidad de los problemas valencianos ha sido casi nula.
Cuarto: Los partidos del Acord del Botànic suman más votos y escaños autonómicos que los de la Alianza de Derechas. A pesar de perder 2 diputados autonómicos Compromís y 5 Unidas Podemos, la suma con los 27 del PSPV hacen posible la reedición de l’Acord del Botànic y, por tanto, seguir con las políticas puestas en marcha por el Consell en la última legislatura. Seguramente, UP entrará en el nuevo ejecutivo autonómico, reforzando los aspectos más sociales y de lucha contra el cambio climático, entre otros.
Quinta reflexión: Los neofranquistas ya tienen representación parlamentaria. Tanto a nivel autonómico como estatal. Se acabó la anormalidad española. En sus filas, camisas viejas del PP, como Gil Lázaro, subido nada más acabar la carrera de derecho a la grupa de Alianza Popular y que no ha dejado de cobrar un sueldo público desde entonces. Bien relacionado con la extrema derecha y con los mamporreros de España 2000 y del GAV. La vieja guardia del PP ha encontrado acomodo entre las filas neofranquistas.
Sexto: El anticatalanismo sigue siendo un elemento aglutinador de las derechas, desde la neofranquista a la ultra liberal. El juicio al Procés ha colocado el tema catalán como uno de los ejes del 28A. A ese abrevadero del pensamiento reaccionario es al que ha ido a beber C’s. Toni “Esquina”, como es conocido quien ha hecho de la normalización del valenciano su caballo de batalla contra las políticas de progreso, no ha tenido empacho en decir las mayores barbaridades del mundo con tal de sumarse con entusiasmo a una cruzada encabezada por los sectores más retrógrados de la sociedad valenciana. Pero el País Valenciano no es Catalunya. Aquí estamos muy lejos de lograr la normalización del valenciano.
Séptimo: El 28A ha sido la primera parada de una larga campaña electoral. La próxima estación será el 26M. Entonces votaremos quienes gobernarán las instituciones locales (Ayuntamientos y Diputaciones). También votaremos qué personas irán al Euro Parlamento. Esa es otra, las instituciones europeas son el campo de batalla entre demócratas y una extrema derecha, asesorada por Steve Bannon, ex asesor de Trump, que quiere asaltar las instituciones para dinamitarlas. Las alianzas son fundamentales para frenarlos.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
IMAGEN: Urnas el 28A 2019. Urbano García
Exactamente. Las alianzas serán fundamentales para frenarlos. Y frenarlos es fundamental para vivir en el siglo XXI como en el siglo XXI y no como hace cien años. Salud y República, aunque decirlo no se estime.
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