Mes de incendios. Las primeras fallas Patrimonio de la
Humanidad son historia. La coincidencia astral y meteorológica las han
convertido en unas Fallas históricas. Todos los records se han pulverizado. La
población del cap i casal se duplicó.
Y como la fiesta se vive en la calle, la mayoría de la gente -residentes y turistas-
estaban en ella, desbordando todas las previsiones y convirtiendo en normal las
aglomeraciones. A los agorafóbicos les quedó el recurso de la huida. Los que
pudieron, claro. El sector hostelero se ha frotado las manos ante un lleno más
que extraordinario. Hasta la falla municipal batió su record de altura. El nasciturus Pirulí de Calatrava,
convertido en Ca-la-traba y realizado
con vareta -como mandan los cánones de la modernidad y la ecología-, fue
símbolo y metáfora de un presente lleno de trabas. Hacía tiempo que no se veía
una cremà tan limpia de malos humos.
Allí ardieron las trabas que el gobierno de Rajoy pone a la financiación de la
alta velocidad por el eje mediterráneo. También las que pone al reconocimiento
de la capitalidad de València,... El
último incendio causado por un ejecutivo pirómano ha sido su negativa a
transferir las competencias de los ferrocarriles de cercanías. Un servicio público
fundamental para articular el territorio valenciano y cuyo deterioro nos sitúa
al nivel de países del tercer mundo. El fuego fallero no ha sido el único de un
mes de marzo especialmente incendiario.
ARDE ALICANTE
Poco
antes de que fallas, carpas y desfiles ocuparan las calles de València, las de Alicante dieron un
salto en el tiempo que las retrotrajo a los años de piedra del franquismo. El recurso
del PP contra el cambio de nombre de algunas calles alicantinas ha devuelto la
simbología de la dictadura a su callejero. Nombres como José Antonio, Millan
Astray o Legión Española vuelven a figurar en él gracias al partido de Rajoy y
Bonig. Una burla para la última ciudad en ser ocupada por las tropas golpistas.
La tragedia que se vivió en su puerto a finales de marzo del 39, y que Rafael
Torres relató con todo su dramatismo en “Los náufragos del Stanbrook”, no
merece llegar a su aniversario con esa infame losa. Tampoco la merece el 75
aniversario de la muerte de Miguel Hernández. La ley de la memoria histórica es
papel mojado sin voluntad para aplicarla por parte del partido gobernante. Al
PP parece que le cuesta pasar página de la dictadura. Ante su pasividad,
ayuntamientos y gobiernos autonómicos están tomando la iniciativa. Los primeros
llenando de referentes democráticos un callejero anclado aún en la exaltación
del golpismo. Los segundos legislando para despejar boicots y obstrucciones. La
ley valenciana, actualmente en tramitación, contempla poner los medios para
hacer de la memoria democrática un instrumento de convivencia y no un elemento
de confrontación. Eso dependerá en gran medida del compromiso democrático de
los sujetos encargados de su aplicación. Y ya vemos el poco que tiene el PP.
PODERES
Ni
habiendo perdido la cómoda mayoría absoluta que gozó en la X Legislatura parece
el PP dispuesto a dialogar. De aquellos polvos totalitarios se derivan algunos
de los lodazales por los que ahora transita el ejecutivo de Rajoy. Del varapalo
del decreto de estiba a la ley mordaza, el PP no parece aprender de sus
errores, pasados y presentes. Anclado en tics autoritarios y acostumbrado al
ordeno y mando, Mariano y sus mariachis no toleran la frustración. "Mi objetivo es llegar al final de la
legislatura, haré todo lo posible y lo imposible (...) pero es necesario algo
de estabilidad política y que episodios como el de los estibadores no se
vuelvan a repetir nunca”, dijo Rajoy en Sevilla tras el voto negativo de una
mayoría del Congreso a su decreto de estiba. Adelantar las elecciones es su
bala en la recámara. Tener el ejecutivo no es moco de pavo. La abstención del
PSOE dio aire a Rajoy y el control del botón nuclear para convocar nuevos
comicios cuando más le convenga. Si no saca a pasear más ese espantajo es por
el temor que tiene a perder más diputados y a dinamitar un bipartidismo que en
estos momentos le beneficia. Claro que las circunstancias pueden cambiar. Para
el PP, peor que un PSOE comatoso sería uno liderado por Pedro Sánchez. La
posibilidad de un acuerdo de la izquierda, por remoto que sea, le preocupa.
También, aunque mucho menos, que C’s deje de ser su perro faldero. Situar a
PODEMOS en el punto de mira -no sólo mediático- le da grandes beneficios. El PP
sabe que demonizar a los podemitas cuenta con el apoyo del establishment y el
beneplácito de Susana y Albert. Marzo está que arde. Sólo faltaba el brexit.
URBANO GARCIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario