El Régimen, así en mayúscula, empezó a morir con el
dictador. El 20N de 1975 todo el mundo fue consciente de que la dictadura no tenía
heredero, aunque algunos se postularan y muchos lloraran su fin e intentaran por
todos los medios sostener un franquismo sin Franco. Los 19 meses que van del
20N del 75 al 15J del 77 fueron todo menos tranquilos. El tiempo se aceleró. Se
hizo realidad la imagen de un Régimen que muere, mientras el nuevo aún no ha
nacido. La dictadura murió matando. Sólo la vecina de Salazar compite en longevidad
con la instaurada por Franco tras vencer militarmente al régimen legal de la II
República. Vencer y exterminar, esa fue la consigna en 1936 del entonces joven
general africanista. Franco fue fiel a la consigna hasta su óbito. Los
historiadores han matizado mucho esta visión tan épica de la Transición. Ni
murió todo lo que debía morir con la dictadura, ni fue nuevo todo lo que nació.
Hace un par de años, con motivo del 40 aniversario de la muerte de Franco, se
reeditó “El precio de la Transición”
de Gregorio Morán, una revisión crítica de lo que fue aquel tiempo de
incertidumbres, miedos e ilusiones, muchas de ellas rápidamente defraudadas.
“La primera igualdad que instauró la transición a la democracia en España fue
la de que todos somos iguales ante el pasado. Una garantía para mantener la
desigualdad en el futuro. Nos constituimos en un reino de desmemoriados”, dice Morán. No hay más que repasar los
apellidos de los Consejos de Administración de las grandes empresas públicas y
privadas para comprobar lo mucho que pervive de la dictadura. Si miramos los
árboles genealógicos de los ministros que ha tenido el PP, comprenderemos mucho
mejor por qué Spanish is different.
LOOR DE MASAS
Aquel
15J, un joven Adolfo Suárez, ex Ministro del Movimiento, ex Director General de
RTVE, cabeza de UCD, fue consagrado –gracias a las urnas y a un sistema
electoral predemocrático- como el líder que debía llevarnos a la añorada
democracia. Las Cortes que salieron de aquellas elecciones se autoproclamaron
constituyentes. Así se abrió un proceso en el que se cocinó entre bambalinas la
actual Carta Magna (sólo modificada por exigencias de Europa y de la troika). Tal
vez, la mejor Constitución posible en aquellas circunstancias. Después de 40
años, el país no es el mismo y la Constitución necesita urgentemente pasar por
la ITV. El proceso constituyente del 77-78 alumbró el Estado autonómico como
solución (¿provisional?) a las tensiones territoriales. Tras 40 años de desarrollo
de las autonomías, el “café para todos” ha envejecido mal. En 1977, un PSOE renacido
poco antes, con un joven abogado sevillano a la cabeza, se llevó una parte
importante del voto de izquierdas. El PCE que articuló el antifranquismo,
recibió su primera gran decepción. Habría más. El tiempo pasa. Los
protagonistas ya no son los mismos. Tampoco las circunstancias. Domingo 18J de
2017. El Congreso del PSOE resucitó en parte aquel entusiasmo del 77. De
González a Sánchez, en loor de multitud. El PSOE ha encontrado un nuevo líder
en el que confiar. Un renacido Pedro Sánchez quiere recuperar el tiempo y los
votos perdidos. Parece tener aprendida la lección. En 2016, la dimisión de
parte de su ejecutiva le forzó a tirar la toalla y permitió a la élite de su
partido imponer la abstención en la investidura de Rajoy como mal menor. No
volverá a ocurrir. Si Pablo Iglesias salió airoso de su moción de censura a
Rajoy, Pedro Sánchez se consagró en el Congreso del PSOE como gran esperanza
blanca del socialismo hispano. Ahora la onda gravitacional se traslada a la
periferia. Las federaciones socialistas toman el relevo. La valenciana, de las
primeras. Aquí, Ximo Puig es Secretario General del PSPV y President de la Generalitat. La separación entre institución y
partido suele ser una garantía democrática. Además, Puig apostó por Susana, la
perdedora. Argumentar su papel en el Consell
del Botànic para asegurarse su cargo en el PSPV no parece muy ético. A
veces, democracia y estabilidad no van de la mano. Ximo Puig y Rafael García
pugnarán en primarias por dirigir el PSPV. La militancia tiene la palabra.
PASEILLO
Hace
40 años, la Transición dio carpetazo a 40 de corrupción institucionalizada por
el Régimen. Ahora, la corrupción se ventila en los juzgados. Cascos, Arenas,
Acebes, Rato,… desfilaron hace unos días por la Audiencia Nacional. Testigos del
caso Gürtel y preámbulo al paseíllo de Rajoy, el 26 de julio, en la misma
causa. Todos los tesoreros del PP están imputados. Muchas de las tramas urdidas
por el PP para delinquir pasan por València. Veremos si se acabó el Régimen de
impunidad.
URBANO GARCIA
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