Lo peor de las dictaduras
no es tanto la censura que imponen como la ignorancia que siembran. Terminada
la dictadura, es fácil suprimir la censura, pero la ignorancia ahí queda.
Cuanto más tiempo dura la autocracia más profundo es el atraso. Muchos de los
debates que ahora tenemos ya fueron planteados en la II República. Algunos hasta
se remontan a la Primera. Asignaturas pendientes que como piedra de Sísifo
arrastramos durante décadas. Tal vez el territorial sea el debate más redundante.
No hay más que leer a Pi i Margall para darnos cuenta de la persistencia de ciertas
cuestiones. La territorial, por ejemplo. País de países. Nación de naciones.
Estado plurinacional y autonómico. ¿Se cerró mal este tema en la Constitución
del 78? Se hizo como se pudo teniendo en cuenta quien tenía la sartén por el
mango y el mango también. Han pasado los mismos años que duró la dictadura. Tal
vez es momento de revisar algunas cosas. El régimen del 78 ha evolucionado, ha
modificado realidades y percepciones. La Constitución del 78 creó un marco
legal para su posterior desarrollo. Cuatro décadas después, el Estado
Autonómico ha mostrado sus carencias. Lo
que en el 78 satisfizo gran parte de nuestras aspiraciones, hoy nos parece insuficiente.
De un tiempo a esta parte, la llamada cuestión
catalana está en las agendas. En la mediática, seguro. En la política, no tanto
como debiera. Aunque no figura entre las principales preocupaciones de la
ciudadanía, su no resolución aboca a la ansiedad de la incertidumbre. El tema
catalán es como la punta del iceberg –de tamaño similar al del recientemente
desprendido en la Antártida- de la cuestión territorial. La respuesta neo
liberal dada por Rajoy a la crisis no ha hecho más que agudizar las desigualdades,
rompiendo las frágiles costuras de la financiación autonómica.
LA QUITA
Las primarias del PSPV confirmaron a Ximo Puig como
su Secretario General. También que cada ámbito electoral tiene su propia dinámica.
Rafa García no es Pedro Sánchez ni sus circunstancias. A pesar de eso, el
alcalde de Burjassot logró el apoyo
de más del 42% de una militancia menos movilizada que en la votación para el
federal. Cada candidato jugó sus cartas lo mejor que supo. García a rebufo de
la ola anti establishment que lideró Pedro Sánchez. Puig aferrándose a su papel
en el Acord del Botànic. Ahora toca
encajar los resultados. No deja de ser curioso que el PSOE de Pedro Sánchez haga
socio preferente a PODEMOS, partido que junto con COMPROMÍS han hecho President del Consell a Ximo Puig. A dos
años de terminar la legislatura, los retos del gobierno valenciano parecen
insuperables. Con una renta per cápita por debajo de la media nacional, las y
los ciudadanos de este país contribuyen al fondo de compensación
interterritorial como si fuesen ricos. El pago de intereses no deja de incrementar
la deuda aunque la embriden desde el Consell.
En ese contexto deficitario hay que entender la propuesta de José Luis Ábalos, secretario
de organización del PSOE, de hacer una quita de la deuda autonómica con el
Estado. Una solución que llega tarde a Catalunya, pero que podría dar oxígeno a
otras autonomías.
JUECES
La territorial no es la única ambigüedad de la
Constitución. El acceso a una vivienda digna, o a la educación, son aspectos
que no se escapan a una cierta interpretación torticera. No hay más que
recortar las inversiones para que desaparezcan los derechos. La ausencia de
viviendas sociales obliga a una parte de la población a vivir en condiciones
infrahumanas. Es lo que hizo el PP allí en donde gobernó. El parque de vivienda
social en Madrid y Valencia está bajo mínimos. Planificar nuevas construcciones
necesita tiempo y recursos, no siempre disponibles.
Garantizar el acceso a la educación debería asegurar
las inversiones para los centros públicos. Sin embargo, el PP priorizó el
negocio y la ideología sobre la oferta pública. Esa es la herencia de los
conciertos educativos que lastran cualquier proyecto de futuro. La otra
herencia es el mantenimiento de un país, el valenciano, invertebrado y sin
medios de comunicación propios. Otra vez la ignorancia como secuela de un
régimen infame. Con esos mimbres, la Diputación de Alicante, gobernada por el
PP, se ha convertido en ariete contra la enseñanza pública. Su recurso contra
el decreto de plurilingüismo no deja de ser la imposición de una institución
decimonónica sobre los planes educativos del Consell. Mantenimiento del statu quo al que no son ajenas algunas sentencias
judiciales, a veces sesgadas, que ponen en jaque el futuro de una parte de la
juventud. ¡Qué país!
URBANO GARCIA
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