Rebelión de las masas en tiempos en que ni hay masas
ni se rebelan. Domingo 21 de mayo, Pedro Sánchez arrasa en las primarias
socialistas (81% del voto catalán). Huele a Revolución Cultural. En la sede de
la calle Ferraz se vive el penúltimo capítulo de un largo culebrón. La vieja
guardia del PSOE arropa en la distancia a una desconsolada Susana a punto de atrincherarse
en su feudo andaluz. Pedro ha conseguido casi el 51% del apoyo de la
militancia. Una clara victoria contra viento y marea. Contra la estructura del
partido, contra las elites dirigentes, contra los augures en la sombra, contra
los medios de comunicación, contra diestra y siniestra,… Sánchez es el voto
contra el establishment de su propio partido. Las bases cabreadas piden paso.
Cuando hablan lo hacen contra quienes consideran responsables de sus males. ¿Populismo?
Más bien indignación. Está ocurriendo en todas las geografías tocadas por el
neoliberalismo. En cada sitio de forma diferente. Susana, la vieja guardia y el
aparato del PSOE le regalaron a Pedro el relato del defenestrado, del héroe
contra todos. Y él supo aprovecharlo. Ahora es “Lázaro Sánchez”, en acertada
expresión de Josep Borrell, otro ganador de primarias (1998) rechazado por la
nomenclatura de su partido.
Algo
parecido ocurre con el laborista Corbyn y con Hamon, ganador de las primarias del
PSF sin el beneplácito de la mayoría de los dirigentes socialistas franceses. Una
elite partidista que justificará en los malos resultados de las presidenciales el
ajuste de cuentas con su candidato. Esperarán a que pasen las legislativas del 11
y 18 de junio para sacar a pasear la guillotina.
EMERGENTES
Los partidos socialdemócratas ya no están solos en el
espacio socialista. La caída del muro de Berlín (1989), la desaparición del
bloque soviético, la autoritaria hegemonía neoliberal, las injustas y falsas
salidas a la crisis financiera (2007) asumidas por la socialdemocracia, la
irrupción de los indignados, el 15M (2011), su plasmación política, los cambios
introducidos por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los
estragos de una descontrolada globalización, el crecimiento de la desigualdad,…
La plutocracia transnacional es el nuevo Palacio de Invierno. Y la democracia
el objetivo a conquistar y a defender. Podemos, Compromís, EQUO, Las Mareas, La France Insoumise de Mélenchon, el Bloco de Esquerda de Portugal,… La
izquierda se reinventa y compite con una anquilosada socialdemocracia incapaz
de conectar con los jóvenes y las capas medias urbanas, con los sectores más
dinámicos de la sociedad. Cuando la socialdemocracia transmuta en social
liberalismo, otros ocupan su espacio. Aquí y en Pernambuco.
La fragmentación del voto de izquierdas sólo puede
superarse con acuerdos en lo fundamental y el respeto a la pluralidad. L’acord del Botànic entre PSPV, Compromís y Podem es un buen ejemplo autonómico. El acuerdo entre el PSP, PCP y
Bloco de Esquerda puso al frente de
Portugal al socialista Antonio Costa, desbancó a la derecha, y hace unos días
ha conseguido reducir el déficit fiscal hasta niveles de 1974, por debajo de
las exigencias de la Unión Europea. Sin desatender las políticas sociales y sin
aumentar la desigualdad, al contrario de lo que ha hecho Rajoy en nuestro país.
Tras las elecciones de diciembre de 2015, Pedro Sánchez visitó Portugal, pero
luego se ató de píes y manos a C’s. ¿Qué hará ahora tras verse legitimado por
la militancia?
NEGRÍN
Valencia, Palau dels Borja o Benicarló, 17 de mayo de 1937. El
Presidente de la República, Manuel Azaña, encarga al socialista Juan Negrín
formar gobierno. Palau de la Generalitat,
18 de mayo de 2017. El historiador Ángel Viñas rinde homenaje a Negrín –al que
califica del mayor estadista español del siglo XX- ante su nieta, Carmen, y el President del Consell, el socialista
Ximo Puig. Viñas recuerda que en 1946, Prieto expulsó a Negrín del PSOE y contribuyó
a denigrar su figura. La reparación de ese “error” no llegó hasta 2008, en el
37 Congreso del PSOE. Durante 62 años, Negrín estuvo proscrito, condenado al
ostracismo y tildado de traidor por su propio partido.
El PSOE que reinventaron un grupo de estudiantes
sevillanos en la primavera de 1974 (el clan de la tortilla) poco tenía que ver
con el fundado por Pablo Iglesias. Poco después de la famosa foto, terminaron
su asalto al poder socialista en Suresnes, en el 26 Congreso del PSOE. Jóvenes,
marxistas, federalistas, anti comunistas, no tardaron en llegar al gobierno.
Luego vinieron olvidos y quebrantos, hasta convertirse en una máquina electoral
sin ideología. El resto es bien conocido.
URBANO GARCIA
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