Cooperar está de moda. Eso dicen los sabios de la
tribu. Suele ocurrir que en tiempos de apuros, no sólo económicos, aumenta el
espíritu de ayuda, de colaboración con los demás. También lo confirman los
últimos avances de la neurociencia. Algo de eso dice Antonio Damasio en uno de
sus libros más conocidos El error de
Descartes. Claro que no estamos tan predeterminados como para que todo el
mundo ponga la colaboración por delante de la competencia. Si fuera así no
habría guerras ni hambre. El factor humano del que hablaba Graham Greene tiene
mucho que ver con nuestras propias desdichas. La avaricia puede anidar en
cualquier recoveco y medrar avivada por ideologías que ponen el énfasis en el
éxito económico, en la acumulación de poder y riquezas. No es casualidad que
tres ex consellers y varios ex altos
cargos en gobiernos de Camps estén a punto de sentarse en el banquillo. ¿La
corrupción es la regla en el PP?, ¿o es la excepción? Lo más probable es que
sea la excepción que confirma la regla. Hace tiempo que enriquecerse sin
importar cómo figura en el ADN del PP valenciano. Ya Zaplana y algunos de sus
palmeros hicieron pública su nueva fe. “Estoy en política para forrarme”, fue una
de las vergonzosas frases transcritas durante la instrucción del caso Naseiro
–por financiación ilegal del PP- que terminó siendo archivado. Y así hasta hoy.
BLASCO
Lo
que más daño hace a la democracia es el choque entre solidaridad y corrupción.
Enciende todas las alarmas. El armazón ético de la sociedad se viene abajo cuando
la corrupción parasita la solidaridad.
Don
Rafael, maestro en camuflajes ideológicos, que transitó desde el FRAP hasta el
PP pasando por el PSPV sin despeinarse, el condotiero de la Ribera, el
conseguidor de privilegiados contratos a su amigo y socio Tauroni, el supuesto
cómplice necesario en el saqueo de los fondos autonómicos para la cooperación,…
Este artista en escurrirse de las citas judiciales ha iniciado ya su tránsito
por los banquillos. En éste su particular calvario a buen seguro que cuenta con
el fervor mariano y con las oraciones de Cotino, su jefe en Les Corts. Y es que Blasco sigue sin
abandonar el escaño, incrementando con su permanencia la nutrida nómina de
diputados del PP imputados o a punto de estarlo que siguen cobrando del erario
público. Dicha grey podría formar grupo parlamentario sin ningún problema para
ellos, pero bastantes para el PP que prefiere gobernar sin honra a no poder
gobernar. Ese es el concepto de democracia que tiene la cúpula del PP, y ese su
respeto por la ciudadanía. Tal vez por esa idea tan laxa que tiene el PP de lo
democrático, no hace mucho el mismo Blasco fue nombrado portavoz de la comisión
de Territorio, ¡nada menos! Cómo si no hubiéramos tenido bastante con su paso
por esa Conselleria en pleno boom del
ladrillo. ¿Y qué dice la militancia?
BLESA
El
boom del ladrillo también pilló al protegido de Aznar, hablo de Miguel Blesa, al
frente de CajaMadrid. Tiene el honor de ser el primer banquero español en ir a
prisión tras el estallido de la crisis. Por poco tiempo, todo hay que decirlo.
¿Será el último? En estos momentos hay un buen ramillete de banqueros en
capilla. Sería sano para nuestra famélica democracia que algunos de ellos
pasaran por la trena. Además de saludable sería justo. Mientras ese sueño
llega, bien está que miremos cómo va la economía.
El economista José Carlos Díez acaba de
publicar Hay vida después de la crisis.
No es ciencia ficción. En él explica cómo el plan de choque del ejecutivo
japonés, inyectando cantidades ingentes de yenes en la economía del país, está reactivando
la maquinaria financiera de Japón. Más o menos lo que hizo la trama de Correa
en la boda Aznar-Agag, o lo que hizo Bárcenas en la hucha del PP. Eso sí que es
dar alegría. Para llegar a fin de mes, el partido daba a sus dirigentes una
suculenta gratificación. ¿Y de dónde salía tanta propina? Pues ni más ni menos
que de caritativos empresarios que a cambio de humildes concesiones de obra
pública contribuían con sus opacas donaciones a que se hicieran las cosas como
Dios manda. Un robo, vamos.
URBANO GARCIA
FOTO: Urbano García
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