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viernes, 30 de agosto de 2013

COOPERACIÓN



Cooperar está de moda. Eso dicen los sabios de la tribu. Suele ocurrir que en tiempos de apuros, no sólo económicos, aumenta el espíritu de ayuda, de colaboración con los demás. También lo confirman los últimos avances de la neurociencia. Algo de eso dice Antonio Damasio en uno de sus libros más conocidos El error de Descartes. Claro que no estamos tan predeterminados como para que todo el mundo ponga la colaboración por delante de la competencia. Si fuera así no habría guerras ni hambre. El factor humano del que hablaba Graham Greene tiene mucho que ver con nuestras propias desdichas. La avaricia puede anidar en cualquier recoveco y medrar avivada por ideologías que ponen el énfasis en el éxito económico, en la acumulación de poder y riquezas. No es casualidad que tres ex consellers y varios ex altos cargos en gobiernos de Camps estén a punto de sentarse en el banquillo. ¿La corrupción es la regla en el PP?, ¿o es la excepción? Lo más probable es que sea la excepción que confirma la regla. Hace tiempo que enriquecerse sin importar cómo figura en el ADN del PP valenciano. Ya Zaplana y algunos de sus palmeros hicieron pública su nueva fe. “Estoy en política para forrarme”, fue una de las vergonzosas frases transcritas durante la instrucción del caso Naseiro –por financiación ilegal del PP- que terminó siendo archivado. Y así hasta hoy.   

BLASCO
            Lo que más daño hace a la democracia es el choque entre solidaridad y corrupción. Enciende todas las alarmas. El armazón ético de la sociedad se viene abajo cuando la corrupción parasita la solidaridad.
            Don Rafael, maestro en camuflajes ideológicos, que transitó desde el FRAP hasta el PP pasando por el PSPV sin despeinarse, el condotiero de la Ribera, el conseguidor de privilegiados contratos a su amigo y socio Tauroni, el supuesto cómplice necesario en el saqueo de los fondos autonómicos para la cooperación,… Este artista en escurrirse de las citas judiciales ha iniciado ya su tránsito por los banquillos. En éste su particular calvario a buen seguro que cuenta con el fervor mariano y con las oraciones de Cotino, su jefe en Les Corts. Y es que Blasco sigue sin abandonar el escaño, incrementando con su permanencia la nutrida nómina de diputados del PP imputados o a punto de estarlo que siguen cobrando del erario público. Dicha grey podría formar grupo parlamentario sin ningún problema para ellos, pero bastantes para el PP que prefiere gobernar sin honra a no poder gobernar. Ese es el concepto de democracia que tiene la cúpula del PP, y ese su respeto por la ciudadanía. Tal vez por esa idea tan laxa que tiene el PP de lo democrático, no hace mucho el mismo Blasco fue nombrado portavoz de la comisión de Territorio, ¡nada menos! Cómo si no hubiéramos tenido bastante con su paso por esa Conselleria en pleno boom del ladrillo. ¿Y qué dice la militancia?   

BLESA
            El boom del ladrillo también pilló al protegido de Aznar, hablo de Miguel Blesa, al frente de CajaMadrid. Tiene el honor de ser el primer banquero español en ir a prisión tras el estallido de la crisis. Por poco tiempo, todo hay que decirlo. ¿Será el último? En estos momentos hay un buen ramillete de banqueros en capilla. Sería sano para nuestra famélica democracia que algunos de ellos pasaran por la trena. Además de saludable sería justo. Mientras ese sueño llega, bien está que miremos cómo va la economía.  
             El economista José Carlos Díez acaba de publicar Hay vida después de la crisis. No es ciencia ficción. En él explica cómo el plan de choque del ejecutivo japonés, inyectando cantidades ingentes de yenes en la economía del país, está reactivando la maquinaria financiera de Japón. Más o menos lo que hizo la trama de Correa en la boda Aznar-Agag, o lo que hizo Bárcenas en la hucha del PP. Eso sí que es dar alegría. Para llegar a fin de mes, el partido daba a sus dirigentes una suculenta gratificación. ¿Y de dónde salía tanta propina? Pues ni más ni menos que de caritativos empresarios que a cambio de humildes concesiones de obra pública contribuían con sus opacas donaciones a que se hicieran las cosas como Dios manda. Un robo, vamos.
URBANO GARCIA

FOTO: Urbano García 

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