Enhorabuena. El éxito empieza por encontrar un nombre
con gancho. Al menos ayuda. La última y breve legislatura fue hábilmente
utilizada por los 4 diputados de Compromís
para hacerse visibles. También para poner en valor el Acord del Botànic que
permitió acabar con dos décadas de hegemonía del PP en tierras valencianas. La
fórmula ya es conocida, un acuerdo de tres (PSPV+Compromís+Podemos) para que
gobiernen dos (PSPV+Compromís). Ximo Puig, presidente gracias a este acuerdo,
se ha esforzado inútilmente por hacer entender a los dirigentes de su partido
de que se trata de una buena solución para sacar al PP de la cabina de mando, o
sea de la Moncloa. En eso consistía su propuesta de Entesa para el Senado. Pudo más la estrategia cortoplacista. Ahora,
con las encuestas adversas, destacados miembros socialistas lo lamentan soto voce. Vuelven los desencuentros. A
Puig le ha salido un forúnculo en forma de Ávalos, el principal enemigo a casa nostra de ampliar el acuerdo
valenciano. La suerte parece estar echada para el modelo socialdemócrata
implantado por Felipe González y el clan de la tortilla a principio de los 80’.
Andalucía, el buque insignia, zozobra lanceada por las corruptelas surgidas a
la sombra de un poder absoluto. El acuerdo de Susana Díaz con C’s está en las
antípodas del modelo valenciano.
SOCIALDEMOCRACIA
“No
hay más paraísos que los perdidos”, decía Vázquez Montalbán. Hace tiempo que no
hay palacios de invierno que asaltar. Tampoco queda mucho del ideal socialdemócrata
que ilusionó a una Europa traumatizada por los desastres de la guerra. Otra
guerra, la fría, justificó repartos de la riqueza impensables en tiempos de
paz. Desde la era Thatcher, la derecha ha ido imponiendo su agenda de recortes
y privaciones para los que menos tienen. La desigualdad se dispara a golpe de
crisis. Y los partidos socialistas europeos, antes abanderados del Estado del
Bienestar, ahora son los primeros en aplicar recortes. En Francia, Valls &
Hollande promueven una reforma laboral que ha encendido todas las alarmas
sociales. Los sindicatos convocan huelgas generales y jóvenes indignados emulan
el 15M en la Place de la République. Vuelven
a sonar ecos del mayo del 68 con más humor y menos barricadas. Mientras, la
socialdemocracia anda perdida en su laberinto.
Nuevas
hornadas piden paso y reivindican volver a los orígenes, a una socialdemocracia
sin lastres ni renuncias. Eso explica muchos de los conflictos que están
surgiendo en el campo de la llamada izquierda. Por un lado, los partidos
clásicos hace tiempo que abandonaron a su suerte a quienes dicen representar.
Por otro, nuevas opciones políticas intentan ocupar ese vacío y proponen políticas
para mejorar la vida de la mayoría de la gente. La pugna por hegemonizar ese espacio
no ha hecho más que empezar. El 26J veremos un nuevo capítulo de este actualizado
Juego de Tronos.
RECONSTRUCCION
El
boicot era tan injustificable que al final Montoro ha tenido que ceder. El
Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) pagará a la Comunidad el dinero que le
adeuda de los dos primeros trimestres de 2016. Es de justicia. Como suele
ocurrir, el principal conflicto político siempre se produce en el campo de la
economía. Montoro y su ministerio se han convertido en el ariete del gobierno
de Rajoy contra las autonomías no gobernadas por el PP. Una instrumentalización
de nota.
Por
otra parte, Vicent Soler y Clara Ferrando, Conseller
y Secretaria Autonómica de Hacienda, forman un buen tándem aun siendo de partidos
distintos. En eso también -en la transversalidad política- el Acord del Botànic es pionero y anuncia
nuevas formas de gestionar lo público. Desde la Conselleria de Hisenda, entre otras, se impulsa
la economía valenciana en dos frentes: obtener el nivel de inversión estatal
que corresponda considerando población y aportación económica, y reconstruir el
sistema financiero valenciano arrasado por los anteriores gobiernos del PP.
Para este segundo objetivo, se hace del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF),
dirigido por Manuel Illueca, el núcleo de un nuevo modelo financiero que impulse
la economía valenciana. El desdoblamiento del IVF en dos entidades, una de
ellas el llamado Banc de la Generalitat,
permitirá atender dos tipos de necesidades, las de la administración pública y
del tejido empresarial valenciano, y las de las personas. Desde el Consell se ha marcado 2017 como año de inicio
para este renacimiento. Una reconstrucción económica que también será a la
valenciana o no será.
URBANO GARCIA
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