Se supone que a estas alturas de septiembre, Rajoy ya
habrá hecho el duelo por no haber conseguido los apoyos parlamentarios
necesarios para ser investido presidente. Su sino es el de serlo en funciones
hasta que las urnas vuelvan a consagrarlo como Líder Supremo de la derecha
hispana. Franco lo consiguió con la ayuda de la Legión Cóndor. Rajoy, con la
del capital financiero. Ahora su prioridad son las vascas y sobre todo las
gallegas. Allí se juega el PP de Feijoo revalidar su última mayoría absoluta.
Claro que las vascas también tienen su miga. Mariano aún confía en que los
resultados de Euskadi le entreguen a un PNV necesitado de oxígeno para
sobrevivir al auge de un Podemos-EQUO encabezado por Pilar Zabala, todo un
símbolo en el mundo abertzale.
Finalizado
el viaje a ninguna parte de Mariano, ahora le toca al Jefe del Estado proponer
otro candidato a la investidura, si se postula. Haría mal Felipe VI si no lo buscara
antes de dar carpetazo a una legislatura aún más breve que la anterior. El
llamado a intentarlo de nuevo debería ser Pedro Sánchez, cabeza de lista del
PSOE, la segunda candidatura con más votos y diputados. Pero la ejecutiva
socialista le ha puesto un corsé y una lista de condiciones más duras que los
trabajos de Hércules. Tal vez por eso, la oferta de Compromís de mediar en las negociaciones ha sido bien recibida. Con
sólo 3 diputados y una diputada, su capacidad de tejer complicidades les
convierten en imprescindibles. No lo tendrán fácil. Ya se han puesto manos a la
obra.
DIADA
La
primera cita ha sido con los catalanes. Su voto es necesario para superar el
duro trámite de la investidura. El 11 de septiembre siempre es una buena fecha
para verse en Barcelona. Compromís
mantiene buenas relaciones con Esquerra Republicana y con los refundados
convergentes. Rufián ha ganado muchos puntos tras su intervención en el debate
de investidura de Rajoy. Y Puigdemont parece abierto a explorar otras salidas
al proceso soberanista. Sin embargo, a veces es difícil de entender los
obstáculos que se ponen los mismos socialistas para aplicar su propio programa.
Llegar a un acuerdo con los nacionalistas catalanes parece condición necesaria
para construir un federalismo del que nunca se han desdicho. A fin de cuentas,
el llamado tema catalán es la punta del iceberg de una reforma federal del
Estado demasiado tiempo aplazada. Los cambios ocurridos en nuestro país han
colmatado la Constitución de anacronismos. Su redacción está desfasada, ya no
responde a la realidad del país. Su reforma, inaplazable, no está exenta de
obstáculos. La propia Constitución dificulta los cambios. Y el PP bloquea cualquier
reforma.
MARTES 13
Llegó
el temporal. Un mal día para el PP. El partido de Fraga subió un nivel en su
escala de procesos judiciales, mentiras y corruptelas. Y eso que al final, ni
Mariano dio la cara ni fue en el Pleno del Congreso. El escogido para responder
sobre la candidatura de Soria al Banco Mundial fue De Guindos. Lo hizo ante la
Comisión de Asuntos Exteriores. Todo quedaba en familia. Como recordó Pablo
Iglesias, Soria estaba llamado a sustituir a una sobrina del Ministro de
Economía. Ni concurso público ni restringido a funcionarios técnicos
comerciales. Fue una elección “discrecional” del Ministerio. Por lo visto, el
currículum de Soria ligado a paraísos fiscales, a los papeles de Panamá y a la
mentira no son obstáculos para representarnos en el Banco Mundial. Ni ético ni
estético. Lo único cierto de este escándalo era la nómina que iba a cobrar
Soria, 250.000 € sin IVA.
Por
si el PP tenía poco, el caso Taula -una derivada del caso Imelsa- llegó a “la
jefa”. La ex alcaldesa de València ha
sido imputada/investigada por el Supremo a petición de la Fiscalía por su presunta
participación en el llamado “pitufeo” del grupo municipal que presidía. Un blanqueo
de capitales por el que están imputados 47 militantes del PP. Pocos días antes,
el grupo parlamentario popular nombraba a Rita representante en las comisiones
de Economía y Constitucional del Senado. Una muestra más de la unidad de
destino en lo universal que ata a Rajoy con Rita. “Los valencianos no nos
merecemos que Rita nos represente en el Senado”, ha dicho Ribó. Hasta las
tragaderas de C’s se resienten de la tolerancia del PP con la corrupción. Pero Mariano
ya ha dejado suficientemente claro que lo suyo con C’s fue un acuerdo de
conveniencia. Al PP le interesa una tercera convocatoria electoral. Hay
alternativa. Una legislatura corta y aplicar un programa de emergencia, por ejemplo,
como ha insinuado Ximo Puig ante representantes de la sociedad valenciana.
Difícil pero posible.
URBANO GARCIA
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