Más de 300 días de interinidad. Ese es el tiempo de
prórroga que lleva Rajoy y su gobierno. Nunca un ejecutivo gozó de tanto
calendario para aplicar sus políticas. Nunca soñó Rajoy con que su interinidad
pudiera ampliarse a una nueva legislatura. ¿No tiene otoño este patriarca? Es
difícil de entender. Y menos cuando en la Audiencia Nacional se ventila el caso
más grave de corrupción institucional en un país europeo. El caso Gürtel/Correa
es la punta del iceberg de la sistémica financiación ilegal del PP, al menos
desde hace dos décadas. Debería estudiarse por qué estos hechos no repercuten en
las urnas conforme a su gravedad. ¿La profunda huella del franquismo? No seré
yo quién diga que no. Don Tancredo espera que la investidura le caiga del
guindo. Su estrategia: no hacer nada. No han tardado los barones y baronesa del
PSOE en decir “digo” donde antes decían “Diego”. Algunos que nunca se
atrevieron a verbalizarlo, parece que lo estaban deseando. La Khaleesi de
Despeñaperros ha liderado esta transustanciación de las esencias socialistas.
Ella reina gracias a C’s en una Andalucía convertida en su cortijo. A
diferencia de la consulta a las bases con la que se ofició la alianza con C’s,
ahora, cuando está en juego la permanencia de Rajoy en la Moncloa, no se pregunta
a la militancia. El PSOE, perdido en su laberinto, también ha perdido el oremus.
OCTUBRE NEGRO
Lo
de los 3 noes era una ecuación imposible. Trampantojo para ocultar la vergüenza
de permitir que Rajoy siga gobernando. Algún “no” había que incumplir. No hace
falta ser un adivino para saber que al final será el más importante, el no a
Rajoy, el incumplido. ¿Cómo saldrá el PSOE de este trance? Seguro que mal.
Aunque lo peor vendrá después. Es difícil que un PSOE vencido y roto, sin
liderazgo y entregado a la vieja guardia, sea capaz de hegemonizar la oposición
a un PP al que le supuran dos décadas de corruptelas. Todos somos rehenes de
nuestro pasado. También PSOE y PP. El PSOE ya está pagando el precio. ¿Y el PP?
Una parte del partido de Fraga, Aznar, Rajoy, Rato y Bárcenas ocupa el edificio
de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares. En una sala se juzga el
uso de las tarjetas black. En el banquillo, la
élite económica del PP encabezada por Rato. Artífice del cambio de la peseta por
el euro. “Milagro” económico que nos convirtió en terreno abonado para la
especulación. Colocado al frente de Bankia por Aznar y Rajoy, Rato ahondó la
crisis de un banco abocado a ser salvado con dinero público. Nada menos que 24
mil millones de €. Es necesario que la banca rescatada, incluida Bankia,
devuelva todo el dinero prestado por las arcas públicas. ¿O es que el PP
pretende amnistiar también a los bancos? En otra sala de la Audiencia se juzga
a una parte de la élite orgánica del partido de Rajoy. Por los testimonios
escuchados, Correa y Bárcenas sólo eran intermediarios a comisión. El gran
negocio era entre corruptores -las empresas donantes- y corrompidos –quienes daban
obra pública a los benefactores-. El PP también cobraba su peaje, se habla del
3% de la obra licitada. ¿Es normal que la zorra esté al cuidado del rebaño?
FRACTURA
Aunque
el 26J mejoró sus resultados del 20D, el PP siguió lejos de la mayoría
absoluta. El gobierno en funciones está en minoría en el Congreso. El PP, necesitado
de consensos, no sabe gestionar su nueva
situación. Hace unos días, volvió a visualizarse la fractura entre un ejecutivo
con inercias absolutistas y un legislativo con una oposición mayoritaria. Lo
aprobado por el Congreso seguirá adelante, si se consolida la XII legislatura. Principal
argumento del sector del PSOE partidario de abstenerse ante la investidura de
Rajoy. Lo más probable es que antes de terminar el año tengamos ese escenario.
Habrá que irse acostumbrando. ¿Qué poder tiene un ejecutivo sin mayoría? Mucho,
tal vez demasiado. Por lo pronto, Rajoy podrá convocar elecciones cuando más le
convenga al PP. No es asunto menor. También decidirá cómo repartir los ajustes
presupuestarios que nos exige la Unión Europea. Más de 20 mil millones de €. Europa
no dice cómo hacerlo, será Rajoy y su gobierno los que marquen la línea de
corte. Durante la X legislatura, el PP trasladó la austeridad a las comunidades
autónomas, forzando a recortar las partidas destinadas a educación y sanidad –las
más importantes gestionadas por los gobiernos autonómicos-, y vació “la caja de
las Pensiones” para atender otras necesidades del Estado. ¿Hará lo mismo? ¿Lo
consentiremos?
URBANO GARCIA
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