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jueves, 10 de noviembre de 2016

EN LA RECTA FINAL

No todas las campañas electorales se celebran con el mismo grado de incertidumbre. La que culminó el 20D presentaba importantes novedades, especialmente la irrupción de dos fuerzas con opción de obtener representación y con poco tiempo de existencia. La ausencia de recuerdo de voto a estas formaciones convertía los sondeos en pura cabalística. Un hecho que facilitaba que cualquier sesgo pasara desapercibido, por exagerado que fuera. De ese modo, las encuestas sobre intención de voto el 20D se convirtieron en instrumentos para crear estados de opinión. Artificios mediáticos para conformar opinión pública en vez de testarla. Eso explicaría el supuesto patinazo de la mayoría de ellas. Ahora, de cara al 26J, hay más certezas, aunque apenas haya cambios. La mayor novedad es que Podemos, Compromís y el resto de confluencias suman a IU en una candidatura conjunta. Por fin se cumple el deseo de muchos votantes de izquierdas. Ya se verá su resultado en las urnas. Los estudios del mercado electoral indican que tendrá bastante. Al menos en número de votos. Su traducción a escaños ya se sabe que está condicionada por un sistema electoral previo a la Constitución, como destacó Javier Pérez Royo en su reciente conferencia en Valencia.

EL DEBATE
                  Con esas perspectivas se celebró el lunes 13 el debate entre los 4 candidatos a ocupar la Moncloa. Rajoy, tras 4 años de democracia autoritaria y de aplicar severos recortes a la mayoría de la población, insiste en más de lo mismo, buscando que el miedo y el voto útil le hagan la campaña. Pedro Sánchez se enroca en la supuesta oportunidad perdida para ser presidente culpando a PP y Podemos, pero no despeja qué hará tras el 26J si las urnas lo sitúan en tercer lugar. Pablo Iglesias confía en que se cumplan los pronósticos y tiende la mano al PSOE para cambiar las políticas del PP. Y C’s intenta desmarcarse del PP en aspectos como la corrupción y el liderazgo de Rajoy, pero ahí terminan las discrepancias. La campaña, un poco más austera que la del 20D, se dirime en la televisión y en las redes sociales. PP y PSOE buscan entre el electorado mayor y en las zonas menos dinámicas consolidar sus posiciones, mientras que Unidos Podemos y C’s buscan sus apoyos en las ciudades más abiertas a los cambios. La vieja y la nueva política también tienen su distribución territorial. Claro que en el país de los valencianos todo empieza a ser distinto. Y es que el acuerdo del Botànic crea su propio marco de referencia. Veremos hacía dónde mira el PSOE tras el 26J.       

BREXIT
                  El europeo es el otro marco que condiciona todo. Dos días antes de que nosotros vayamos a las urnas lo harán los ciudadanos del Reino Unido de la Gran Bretaña. El charco en el que se ha metido Cámeron amenaza el futuro de la Unión. Un signo más del fantasma de intolerancia y egoísmo que recorre Europa. Y no es que la UE esté funcionando bien, pero la alternativa de los euroescépticos británicos es una vuelta de tuerca más al ultra liberalismo de la City. Justo lo contrario de lo que promueve la izquierda con DIEM25 y Varoufakis a la cabeza. Otra Europa es posible y necesaria con políticas más sociales y más democracia. La movilización laborista está supliendo la incapacidad de los tories para convencer a los británicos de las ventajas de seguir en la UE. La izquierda al rescate de una Europa hundida por los intereses del capital. Así son las cosas. Encima la derecha le afea a Corbin y a Gordon Brown su poco entusiasmo por la tarea. Cínicos.
                  De Europa apenas se está hablando en la campaña. Ni del brexit británico ni del TTIP, ese tratado con EEUU lleno de opacidades y renuncias que amenaza nuestra escuálida democracia, que el PP respalda sin matices y que el PSOE maquilla para que no parezca lo que es. Las decisiones de la Unión cada vez nos afectan más. Tanto que Rajoy no dudó en escribir a Draghi para pedir que la UE retrasara la sanción por el incumplimiento del déficit hasta después de las elecciones. En la misma misiva, el presidente en funciones también se compromete a aplicar más recortes si gana el 26J. Luego que nadie se llame a engaño. Las cartas en esta ocasión están encima de la mesa. La larga campaña electoral está sirviendo para conocer mejor los programas y las intenciones de los principales protagonistas. Esta vez, nadie puede escudarse en la ignorancia. Nadie debería justificar su abstención en que todos son iguales. No lo son. El 26J tenemos otra oportunidad para el cambio.  

URBANO GARCIA


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