Rita se asomará al suyo en menos de un mes. Dada su
condición de senadora (lo es por designación autonómica) y por tanto aforada, lo
hará en el Supremo ante el magistrado Cándido Gómez-Pumpido. La cita será el
próximo 21 de noviembre. Rita acude a petición propia, adelantándose al
suplicatorio, pero lo hará como investigada/imputada en el llamado caso del
“pitufeo” en el grupo Popular del Ayuntamiento de València. Según testimonios recogidos en la investigación, los
hechos se remontan a vísperas del 24 de mayo de 2015, fecha de las últimas
elecciones autonómicas y municipales. La entonces administradora del grupo,
Mari Carmen García-Fuster, pidió a concejales, asesores y personal de confianza
un adelanto de 1000€ para la campaña. El dinero se les devolvió en billetes de
500. Una técnica de blanqueo usada por mafias y otras organizaciones criminales
y que en el caso del PP sirvió para inyectar dinero de la caja “B” en la
campaña electoral. Rita, la “Jefa” de todo lo que se movía en el consistorio
valenciano durante 24 años, argumenta que no sabía nada de lo que hacía el
grupo que presidía. ¿De verdad?
El
PP lleva semanas asomado a los abismos judiciales. En el de las tarjetas black se juzgan las malas prácticas
bancarias, causantes en parte de la gran crisis que ha sacudido la banca
española y que ha conducido a la casi total desaparición del sistema financiero
valenciano. La otra causa judicial, la Gürtel, afecta a la médula del PP, a su
financiación, presuntamente irregular en las dos últimas décadas. Las sesiones
en la Audiencia Nacional están sirviendo para que conozcamos mejor los
mecanismos utilizados. Todo apunta a que algunas empresas hacían suculentas
“donaciones” a cambio de “obra pública” otorgada por administraciones en manos
del PP. Ni concurso público ni gaitas, que diría Fraga. Pues ese mismo partido
que ha acunado la corrupción seguirá gobernando.
LABERINTO
Desde
el 20D, el PSOE –como mula con orejeras- caminaba, sin prisa ni pausa, hasta el
borde del abismo sin ver el camino a su izquierda. Antes de saltar gritó: ¡no
hay salida! A veces las líneas políticas las marca quien hace política sin
decirlo, pero haciéndola. Sin duda hay poderes –no sólo económicos- que
controlan grandes medios y que han ayudado a la mula a ir hasta el abismo.
Algunos
miembros del Comité Federal que apoyaron la abstención para permitir que Rajoy
siga en la Moncloa, parecen perdidos en su laberinto. Es el caso de Ximo Puig, President del Consell gracias a un pacto
de tres, PSPV, Compromís y Podem (Acord del Botànic). Su posicionamiento tensa de forma innecesaria
un acuerdo que hasta la fecha se ha demostrado muy positivo para la ciudadanía
valenciana. Es difícil de explicar que por un lado se pida un trato justo y por
otro se permita seguir gobernando a quien peor nos trata. Una vez caído Pedro
Sánchez, Puig intentó pasar desapercibido, no destacar en medio del ruido
mediático que acompaña últimamente al PSOE. Es posible que Ximo Puig no perdonara
a Pedro Sánchez su negativa a una Estesa
valenciana para el Senado con sus socios del Botànic. Pero de ahí a permitir la continuidad de Rajoy hay un
trecho. Ximo Puig también ha tensado y dividido a la militancia valenciana. Tampoco
le será fácil explicar los motivos por los que no se ha consultado a esa
militancia una decisión tan importante. Somos esclavos de lo que hacemos. Claro
que Puig cuenta con que ninguno de sus otros socios del Botànic permitirá que el PP vuelva al Palau de la Generalitat. Le llaman suerte, pero suena a chantaje.
ALO PICASSENT!
El
PP valenciano aún no ha penado todas sus culpas. De la Gürtel a Nóos hay causas
aún pendientes. Si Rita está al borde de su abismo, el antes todopoderoso
Rafael Blasco ya se precipitó en el suyo. De los palacios a los presidios. Pero
el viejo zorro se las sabe todas. Hace unos días, se descubrió que usaba un
teléfono desde la prisión para hacer gestiones bancarias. Él y su socio Tauroni
estaban empleados en la biblioteca del penal. Camuflado en un libro, alguien
introdujo en el recinto un teléfono móvil. Los dos colegas saquearon durante
años todo lo que pudieron allá por donde pasaron. No respetaron ni las ayudas
al desarrollo. Hay que tener pocos escrúpulos para robar a los que menos
tienen. No se sabe dónde está el botín. Malas lenguas dicen que la conexión con
Gao Ping, el mafioso chino que se dedicaba al blanqueo a gran escala, nunca fue
suficientemente investigada. Durante dos décadas, el PP nos saqueó de forma
sistémica. Y ahora, ese mismo partido que dio cobijo a tanto mangante volverá a
ponernos al borde del abismo.
URBANO GARCIA
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