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jueves, 10 de noviembre de 2016

ABISMOS

Rita se asomará al suyo en menos de un mes. Dada su condición de senadora (lo es por designación autonómica) y por tanto aforada, lo hará en el Supremo ante el magistrado Cándido Gómez-Pumpido. La cita será el próximo 21 de noviembre. Rita acude a petición propia, adelantándose al suplicatorio, pero lo hará como investigada/imputada en el llamado caso del “pitufeo” en el grupo Popular del Ayuntamiento de València. Según testimonios recogidos en la investigación, los hechos se remontan a vísperas del 24 de mayo de 2015, fecha de las últimas elecciones autonómicas y municipales. La entonces administradora del grupo, Mari Carmen García-Fuster, pidió a concejales, asesores y personal de confianza un adelanto de 1000€ para la campaña. El dinero se les devolvió en billetes de 500. Una técnica de blanqueo usada por mafias y otras organizaciones criminales y que en el caso del PP sirvió para inyectar dinero de la caja “B” en la campaña electoral. Rita, la “Jefa” de todo lo que se movía en el consistorio valenciano durante 24 años, argumenta que no sabía nada de lo que hacía el grupo que presidía. ¿De verdad?
                  El PP lleva semanas asomado a los abismos judiciales. En el de las tarjetas black se juzgan las malas prácticas bancarias, causantes en parte de la gran crisis que ha sacudido la banca española y que ha conducido a la casi total desaparición del sistema financiero valenciano. La otra causa judicial, la Gürtel, afecta a la médula del PP, a su financiación, presuntamente irregular en las dos últimas décadas. Las sesiones en la Audiencia Nacional están sirviendo para que conozcamos mejor los mecanismos utilizados. Todo apunta a que algunas empresas hacían suculentas “donaciones” a cambio de “obra pública” otorgada por administraciones en manos del PP. Ni concurso público ni gaitas, que diría Fraga. Pues ese mismo partido que ha acunado la corrupción seguirá gobernando.

LABERINTO
                  Desde el 20D, el PSOE –como mula con orejeras- caminaba, sin prisa ni pausa, hasta el borde del abismo sin ver el camino a su izquierda. Antes de saltar gritó: ¡no hay salida! A veces las líneas políticas las marca quien hace política sin decirlo, pero haciéndola. Sin duda hay poderes –no sólo económicos- que controlan grandes medios y que han ayudado a la mula a ir hasta el abismo.
                  Algunos miembros del Comité Federal que apoyaron la abstención para permitir que Rajoy siga en la Moncloa, parecen perdidos en su laberinto. Es el caso de Ximo Puig, President del Consell gracias a un pacto de tres, PSPV, Compromís y Podem (Acord del Botànic). Su posicionamiento tensa de forma innecesaria un acuerdo que hasta la fecha se ha demostrado muy positivo para la ciudadanía valenciana. Es difícil de explicar que por un lado se pida un trato justo y por otro se permita seguir gobernando a quien peor nos trata. Una vez caído Pedro Sánchez, Puig intentó pasar desapercibido, no destacar en medio del ruido mediático que acompaña últimamente al PSOE. Es posible que Ximo Puig no perdonara a Pedro Sánchez su negativa a una Estesa valenciana para el Senado con sus socios del Botànic. Pero de ahí a permitir la continuidad de Rajoy hay un trecho. Ximo Puig también ha tensado y dividido a la militancia valenciana. Tampoco le será fácil explicar los motivos por los que no se ha consultado a esa militancia una decisión tan importante. Somos esclavos de lo que hacemos. Claro que Puig cuenta con que ninguno de sus otros socios del Botànic permitirá que el PP vuelva al Palau de la Generalitat. Le llaman suerte, pero suena a chantaje.

ALO PICASSENT!
                  El PP valenciano aún no ha penado todas sus culpas. De la Gürtel a Nóos hay causas aún pendientes. Si Rita está al borde de su abismo, el antes todopoderoso Rafael Blasco ya se precipitó en el suyo. De los palacios a los presidios. Pero el viejo zorro se las sabe todas. Hace unos días, se descubrió que usaba un teléfono desde la prisión para hacer gestiones bancarias. Él y su socio Tauroni estaban empleados en la biblioteca del penal. Camuflado en un libro, alguien introdujo en el recinto un teléfono móvil. Los dos colegas saquearon durante años todo lo que pudieron allá por donde pasaron. No respetaron ni las ayudas al desarrollo. Hay que tener pocos escrúpulos para robar a los que menos tienen. No se sabe dónde está el botín. Malas lenguas dicen que la conexión con Gao Ping, el mafioso chino que se dedicaba al blanqueo a gran escala, nunca fue suficientemente investigada. Durante dos décadas, el PP nos saqueó de forma sistémica. Y ahora, ese mismo partido que dio cobijo a tanto mangante volverá a ponernos al borde del abismo.

URBANO GARCIA

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